Hoy 28 de diciembre tenemos un gran anuncio que contaros. Y es que George R. R. Martin volverá casi medio siglo después a retomar la docencia: retornará al Clarke College, la universidad católica de la que fue profesor, en Dubuque (Iowa) entre 1976 y 1978. Entonces era un centro de estudios sólo para mujeres. ¿Habrá alguna motivación inocente en esta decisión de George?

ACTUALIZACIÓNPor si alguno no se había dado cuenta, esta era nuestra inocentada de 2023. Aquí podéis leer las de años anteriores.

George R.R. Martin en los 70

GRRM cursó sus estudios universitarios en la universidad de Northwestern, en Chicago, y pudo vivir hasta 1975 entre los torneos de ajedrez que organizaba y sus ingresos recibidos por su labor realizando servicios comunitarios como voluntario reservista al objetar en la guerra de Vietnam. Pero al acabarse esas prestaciones necesitaba un nuevo trabajo, pues la escritura no le reportaba suficientes beneficios. Así que recomendado por su amigo George Cuthridge consiguió un empleo en Clarke College. 

Clarke College estaba en Dubuque, en el estado de Iowa, y allí se mudó George con su primera esposa, Gale Burnick. En esta universidad George dio clases de periodismo (su licenciatura original), composición de textos en lengua inglesa (una asignatura que odiaba) y ciencia ficción (asignatura que amaba) entre 1976 y 1978. La peculiaridad es que el centro es una universidad católica dirigida por las Hermanas de la Caridad, que cuando George dio clase, sólo impartía clase a mujeres, unas cuantas de ellas, monjas.

La hermana Sara McAlpin contó a Des Moine Register que George «era con frecuencia el centro de las fiestas, era muy sociable, interesante, desafiante y creativo.» La hermana Sheila O’Brien, que como vicepresidenta académica fue quien contrató a George (dio clase en la universidad 44 años y ahora realiza trabajo social con inmigrantes hispanos en Chicago), explica que cuando contactaron con George, él ni tenía coche y que era un poco provocativo, pero buen docente.

George tiene una gran recuerdo de Dubuque – su proximidad al Mississipi fue su gran inspiración para la novela El sueño del Fevre – y ha vuelto en más ocasiones: la última vez, este 2023.

El 26 de abril de este año George visitó de nuevo la universidad de Clarke. Participó en una sesión de preguntas y respuestas con varios alummnos sobre el proceso creativo de escritura y la influencia de la tecnología en la narrativa. Y esto explicaba sobre la importancia del entorno para escribir:

Sacar un texto de tu propia experiencia ayuda a que el entorno cobre vida. Es especialmente importante en la fantasía y la ciencia ficción cuando tienes que ayudar a tu audiencia a imaginar el lugar. Puedes escribir sobre alguien que viva en un suburbio de una ciudad y entonces es más fácil; pero si tu personaje vive por ejemplo en una cervecería abandonada y eres capaz de describir el aspecto y lo que transmiten esas paredes, vas a ayudar a la gente a conectar.

Retorno a la docencia

George en la universidad de Dubuque

Pues bien, casi 50 años después de llegar a Dubuque parece que a George le ha entrado el gusanillo de volver a la docencia. Hoy 28 de diciembre os revelamos que, después de pasar por la universidad y sentir que su encuentro con estudiantes le ayuda a desatascarse en la escritura, volver a inspirarse y romper bloqueos creativos, va el próximo semestre a retomar su tarea como profesor en Clarke College. No lo hará por tiempo completo, sino que serán una serie de seminarios y clases magistrales.

Un elemento que también ha sido clave en esta decisión es que esta universidad ya no imparte clases solamente a mujeres, un asunto que quizás no le hacía demasiada gracias a su esposa, Parris McBride. Pero superada esa barrera la oportunidad era irresistible: George ganó su primer Hugo por «Una canción para Lya» en 1977 mientras era profesor allí y su aprecio hacia este centro universitario católico que le concedió esa oportunidad es enorme.

Estamos deseando saber de qué dará clase Martin esta vez: medio siglo después, su experiencia en la industria de la literatura y la televisión le ofrece nuevas alternativas y conocimientos. Así que solo resta esperar como niños inocentes los testimonios de los próximos alumnos de George.