Hace dos semanas recibimos varias informaciones e imágenes sobre Luna de Sangre, el spinoff cancelado por la HBO que iba a tratar la época de la Larga Noche. Hoy os queremos recordar y expandir las justificaciones que dio HBO en su día a Hollywood Reporter y a James Andre Miller para el libro Tinderbox: HBO’s Ruthless Pursuit of New Frontiers sobre por qué esa serie nunca fue aprobada tras grabarse un episodio piloto que costó 30 millones de dólares.

En el extenso artículo sobre La Casa del Dragón escrito en THR por James Hibberd en 2022, según Francesa Orsi, responsable de dramas de HBO, la serie parecía realmente interesante:

Luna de Sangre destacaba por ser diferente, con una construcción del mundo única. Tenía un tono muy adulto, sofisticado e inteligente, y había una conversación temática en su centro sobre exclusión, colonialismo y extremismo religioso.

Pero George R.R. Martin había publicado una decena de líneas de texto sobre esta época, y por ello Jane Goldman tenía poco sobre lo que trabajar. Así explicaba el autor de la saga, que según el reportaje trasladó estas preocupaciones a la propia HBO:

Luna de Sangre era una tarea muy difícil. Estábamos lidiando con gente mucho más primitiva. No hay dragones aún. Mucho del piloto giraba alrededor de una boda de una casa sureña con una norteña y en la historia completa de los Caminantes Blancos.

Una fuente de la HBO explicaba que una serie que era «pura invención» y hacia que George R.R. Martin «se rascara la cabeza a veces» era algo que les preocupaba. Pero la cadena igualmente decidió seguir, gastarse entre 30 y 35 millones en un piloto, construir escenarios y hacer un reparto liderado por Naomi Watts.

Según James Hibberd, ni siquiera el propio Martin ha visto el resultado final de ese piloto. El presidente de HBO, Casey Bloys, lo justificaba así:

Requería mucha más invención: era algo de riesgo alto pero aún mayor recompensa. No había algo especialmente malo en ello. El desarrollo y los pilotos son duros.

Robert Greenblatt, entonces presidente de Warner Media, compañía propietaria de HBO, se extendía:

No era algo que no se pudiera ver, horrible o nada de eso. Estaba muy bien producido y su aspecto era extraordinario. Pero no me llevaba a los mismos sitios que la serie original. No tenía la profundidad y riqueza del piloto de Juego de Tronos.

Pero más interesante es lo que dijo Greenblatt a James Andre Miller para el revelador libro Tinderbox: HBO’s Ruthless Pursuit of New Frontiers

HBO estaba ganando muchísimo dinero. Estaban consiguiendo tantos beneficios que no miraban lo suficiente el coste de las series como algo relevante. Ellos pensaban que había que gastar lo que fuera. Y por supuesto, Juego de Tronos estaba on fire y era una historia de éxito colosal. Pero creo que HBO perdió mucha disciplina en ese punto, porque hizo varias series muy caras que fracasaron o se cancelaron durante la producción. Creo que necesitaba ser supervisado, no masivamente, pero sí volver a lo que antes fue, a mirar los costes. Nunca pude mantener los costes bajo control, porque la orden era no molestarles demasiado.

Se habían gastado más de 30 millones de dólares en un piloto de una precuela de Juego de Tronos que estaba en producción cuando llegué. Y cuando vi parte de él unos meses después de aterrizar, le dije a Casey: «esto no funciona y no creo que mantenga el estilo de la serie original». Y él no estaba en desacuerdo, lo cual de hecho fue un alivio. Así que desafortunadamente tuvimos que cancelarlo. Había una enorme presión en hacerlo bien y creo que no habría funcionado.

Al final el proyecto no vio la luz y la HBO el mismo día que anunció esa cancelación reveló que aprobaba La Casa del Dragón. Parece que salimos ganando.