Hoy – además de ser Nochebuena – se estrena el último capítulo de la primera temporada de La Rueda del Tiempo, la adaptación de Amazon Prime Video de la célebre saga de libros de Robert Jordan. Así que es el momento de recordar los grandes homenajes que George R.R. Martin le hizo a esa otra saga literaria fantástica y al autor de la misma, amigo suyo personal.

George R.R. Martin y Robert Jordan

La Rueda del Tiempo es una saga íntimamente relacionada con Canción de hielo y fuego. Anterior a los libros sobre Poniente, muchos de los primeros fans de la novela río de George R.R. Martin eran aficionados originalmente de La Rueda del Tiempo. Y fue a la obra de Jordan a quien adelantó A Song of Ice and Fire para convertirse en la tercera saga de fantasía más vendida de la historia, tras Harry Potter y El señor de los anillos.

Sin ir más lejos, la teoría del R+L=J se leyó por primera vez en foros sobre The Wheel of Time. Y destacados expertos y veteranos de Canción de hielo y fuego como Elio García, Adam Whitehead o Aziz de History of Westeros fueron primero lectores de La Rueda del Tiempo, hasta el punto de que Adam forma parte de Dragonmount, el Westeros.org  de la saga de Jordan.

Como ya sabéis, Robert Jordan falleció en septiembre de 2007 tras una amiloidosis que le habían detectado solo dos años antes. Su saga de libros fue terminada por Brandon Sanderson, siguiendo sus instrucciones de la esposa de Jordan, Harriet McDougal, que era además la editora de La Rueda del Tiempo y quien eligió a Sanderson para que concluyera la historia.

G.R.R. Martin y Brandon Sanderson: Sanderson concluyó la Rueda del Tiempo tras la muerte de Robert Jordan

Pero es que por si a George R.R. Martin no le hubiera impactado suficiente la muerte de su colega, por aquel entonces el escritor de fantasía adulta vivo de la época más popular con permiso de Terry Pratchett, Jordan era amigo suyo. Y le quiso dedicar varios homenajes en Canción de hielo y fuego. 

El propio Robert Jordan es un personaje de la saga, Trebor (Robert al revés) Jordayne. El asiento de la casa Jordayne, cuyo lema es Deja que sea escrito, se llama Tor, como la editorial que publicó originalmente a Jordan.

A Martin no le gustan los fanfics, pero ha llegado a escribir uno. Lo hizo en 2010 y en él – realmente sensacional – Jaime Lannister se enfrentaba al protagonista de La Rueda del Tiempo, Rand al’Thor, con cierta ayuda de Tyrion. Y por si no fuera suficiente describía con cariño a Lord Jordayne como si fuera el propio Robert Jordan.

Pero quizás el último homenaje es el más bonito. Viene gracias a este fragmento de La hija del kraken de Festín de Cuervos:

—Lo puedes leer aquí. Es muy antiguo, muy frágil. —La miró con el ceño fruncido—. El archimaestre Rigney escribió que la historia es una rueda, que la naturaleza del hombre es inmutable en lo fundamental. Según él, lo que ya ha sucedido volverá a suceder, sin remedio.

Robert Jordan en realidad se llamaba James Rigney, y seguramente sus amigos le llamaría así: aquí Martin le eleva a archimaestre, el rango más alto que puede alcanzar un erudito en Poniente. Y quien pronuncia esa frase, diciendo que la historia es una rueda (el lema central de La Rueda del Tiempo) es ni más ni menos que Rodrik Harlaw, el Lector, seguramente el más sabio noble de Los Siete Reinos y el personaje que más hubiera disfrutado las novelas de Robert Jordan.