El personaje de la prostituta Ros, presente en las tres primeras temporadas de Juego de Tronos, fue uno de los más controvertidos y criticados. Pero en este ensayo publicado en Tower of the Hand por Stefan Sasse se defiende su punto de vista único como los ojos del pueblo llano en una sociedad tan injusta, a todos los niveles, como Poniente.

En defensa de Ros

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HBO ha hecho muchos cambios y añadidos en su adaptación de las novelas de George R.R. Martin. Uno de los más criticados y odiados es la introducción de la prostituta pelirroja Ros, un personaje recurrente. Sus escenas de sexposición han atraído muchos críticos, y su tiempo en pantalla parece una pérdida de tiempo para muchos: sus minutos podrían ser gastados en otros personajes. Pienso por un lado que esas alegaciones son injustas, en primer lugar, porque Esme Bianco interpretó muy bien a su personaje, pero también cortoplacistas desde el punto de vista del narrador. Las escenas con Ros nos ofrecen una visión que no tendríamos de otra manera, y no me refiero precisamente a sus pechos.

Observemos las escenas con Ros en la primera temporada. Su primer momento destacado es el momento que comparte con Theon Greyjoy, una charla corta tras el coito. La escena tiene una gran importancia para la construcción del personaje de Theon Greyjoy, esencial para entender su traición posterior en la segunda temporada. Incluso cuando está con una prostituta a quien paga, Theon sufre insultos debido a sus estatus en Invernalia, algo que no es fácil de padecer. Es tratado como un niño por parte de Ros, que claramente sabe que el Greyjoy no le puede hacer nada, reduciendo su status y reprochándole.

Su segunda escena es de nuevo con Theon, con el detalle interesante de que él quiere desesperadamente volverle a ver el coño, quizás estando algo enamorado de ella a su manera. Pero el final de la escena con el carro sirve otro propósito enteramente distinto: presagia la guerra que se acerca, y no es un juego de niños cuando los reyes chocan en Poniente, sino algo que tiene terribles consecuencias para el pueblo llano. La perspectiva no es algo que veamos con frecuencia, ya que no tenemos ningún punto de vista de un personaje que no sea noble. ¿Por qué no usar a Ros para esto?

Esme Bianco
Esme Bianco

Nos encontramos con ella otra vez en Desembarco del Rey, en su famosa escena de sexposición con Meñique en su burdel. Esta escena ha sido muy criticado, y merece la mayor parte de esa crítica. Es realmente larga e irritante. Una vez dicho eso, también permite a Meñique mostrar algo de su fuero interno y cómo una prostituta realmente trabaja. Esto último no interesará a todos los miembros de la audiencia, pero me di cuenta de que es buen detalle. Está claro que no es algo propio del Meñique que conocemos revelar tanto de si mismo, especialmente a una prostitua, pero al tío definitivamente le gusta presumir. Está en su personaje, como mentir. Se puede defender, sin embargo, que esta escena no era necesaria bajo ningún concepto.

La mejor escena de Ros es, sin embargo, la que tiene en el último capítulo de la primera temporada, cuando nos muestra al verdadero Pycelle, en un añadido bienvenido y exitoso con respecto a los libros, como mínimo. Habría sido algo torpe mostrar solamente a Pycelle con sus tareas, así que el combinarlo con Ros y cierta exposición sobre el pasado de los reyes y la oportunidad de mostrar cómo finge Pycelle es genial. ¿Con qué otro personaje se podría haber hecho esta escena? Con ninguno. Así que puntos para Ros aquí.

Lo que vemos de Ros en la segunda temporada tampoco está mal. Al principio, ella (ahora matrona del burdel, parece ser) nos introduce a la muerte de niños bajo las órdenes de Janos Slynt (de nuevo, tras quizás una escena superflua de sexposición), una cara con la que quedarnos cuando Slynt apuñale a la pequeña Barra.

En el segundo capítulo ella está claramente perturbada por la experiencia, amenazada por Meñique. Esta escena de nuevo nos da una visión del personaje de Petyr Baelish. Uno nunca debe olvidar que en los libros ningún personaje con punto de vista puede acceder al Meñique “privado” hasta Sansa en Festín de Cuervos e incluso ella tiene una visión parcial la mayor parte del tiempo. Pero encuentro enteramente creíble que Meñique sea un cretino sádico cuando se lo puede permitir. Y definitivamente lo puede hacer, abusando de su poder tras sufrir las amenazas de Cersei.

Meñique, por Juliamyr
Meñique, por Juliamyr

¿Y esa escena con Joffrey? Eso fue repulsivo. Los guionistas de la serie realmente hicieron un gran trabajo al transformar a Joffrey cada vez en más en un monstruo, aún más que en los libros, y Jack Gleeson es excelente en ese papel. De nuevo es Ros quien nos abre una ventana a los espectadores para ser testigos del acto, y tener a dos prostitutas que ya conocemos que realicen el acto ayudan a la escena aún más. De hecho, Bianco hace una genial interpretación en esta escena. Solo hace falta mirar las pequeñas expresiones de su cara cuando entiende lo que Joffrey es y en la situación que está, y su desesperación cuando le ordenan torturar a su colega por mandato del rey.

Pero hay también una razón más importante sobre su existencia más allá de solamente abrir una ventana narrativa en escenas que de otra manera no podríamos tener. Ros es de muchas maneras una representación del pueblo llano y lo que sufren en las manos de los señores y reyes. Y siendo ella una prostittua eso lo hace especialmente potente ya que no solamente es una mujer, sino una mujer despreciada, pero con un acceso a lugares que le hacen muy valiosa desde el punto de vista de la narrativa.

Todas sus escenas se podrían, discutiblemente, haber hecho con otros miembros del pueblo llano a quienes solamente vemos pasar (y sufrir y morir), como en los libros. Pero de esta manera nos perderíamos algo realmente importante: un arco de personaje. Ros no solamente sufre el abuso por parte de varios nobles, sino que también debe lidiar con ello de alguna manera – un proceso que nunca podríamos ver con víctimas aleatorias – y finalmente en la segunda temporada intenta ganar más independencia, concluyendo el arco. Esto es mucho más satisfactorio que sencillamente ver a desconocidos.


Durante el curso de la tercera temporada, Ros gana un poco de agencia propia que antes no tenía. Se une del todo a Varys, sabiendo bien que Meñique es un peligroso psicópata, mientras que Varys es “solo” un despiadado jugador del Juego de Tronos; e intenta advertir a otros acerca de Meñique, especialmente a Sansa y Shae. Si Meñique es la mente maestra que vemos en las novelas, sin embargo, esto no funciona muy bien, y de hecho, en la serie tampoco lo hace. Meñique se entera y la promesa de protección de Varys resulta tan inútil como la que le hizo a Ned Stark. Ros muere para satisfacer las perversiones de Joffrey, de una manera horrible que Meñique usa de ejemplo para otras prostitutas y para Varys.

Joffrey mata a Ros

Hay un gran debate sobre si Ros fue o no superflua – creo que he dejado claro que no estoy de acuerdo – y si su muerte fue sexualmente degradante. Mucho criticismo se dirigió a los guionistas por quitarle su agencia propia, dejándole morir solo para reforzar algo que ya sabíamos sobre algunos personajes masculinos y dejándole siquiera sin poder decir una última palabra.

Pero no comparto esas críticas. ¿Cuáles hubieran sido esas últimas palabras? Terror y dolor, seguramente. ¿Fue sexualmente degradante que muriera como un objeto para la lujuria sádica de Joffrey? Puedes apostar por ello. No entiendo que eso sea motivo de crítica. Ros teniendo unas palabras finales, desafiando mientras moría como una heroína o algo así no habría sido coherente con el personaje. En su lugar, muere como había vivido: fuera del foco, sin agencia propia, a merced de hombres brutales y degradantes, sin dignidad. Creo que es un mensaje bastante potente y me llama la atención cómo puede ser ignorado consistentemente.

Así que, para concluir, Ros sirvió de un papel útil en la historia, y uno que echo de menos. Mientras que es cierto que la HBO a veces se centra en pechos desnudos y sexo en demasía, eso no es culpa del personaje de Ros o del todo de los guionistas. Ros es una prostituta, así que naturalmente el sexo es su departamento. Es como quejarse de que hay espadas cuando aparecen caballeros por pantalla. A veces parece que la HBO quiere el sexo como marca personal. Y las escenas de Ros podrían haber funcionado sin mostrar tanta carne. Sin embargo, pese a todo ha sido un gran añadido a la serie. Esme Bianco hizo un papel extraordinario. Me quito el sombrero.