
George R.R. Martin es, a día de hoy, la persona del mundo que tiene a más personas pendientes de cuándo publicará su próxima novela. Pero, ¿cómo escribe técnicamente, es decir, con qué medios informáticos o logísticos lo hace? ¿Cómo es un día normal suyo como escritor? Vamos a explorarlo en este artículo, porque es bastante más profundo de lo que parece.

La mejor aproximación audiovisual a cómo es la vida normal de George es con el documental de la televisión alemana Durch die Nacht. En un episodio del programa – que significa, más o menos, A través de la noche – la actriz Sibek Kekilli, que interpretaba a Shae en Juego de Tronos, visitaba a Martin en Santa Fe.
El programa, si no lo conocíais, es tremendamente íntimo. Martin abre las puertas de su casa y enseña su colección de figuritas. Luego recorre museos, tiendas de comics, pubs, y por supuesto, restaurantes de Santa Fe (George realiza 2 comidas distintas mostrando que tiene ciertamente un gran apetito) y su propio cine, el Jean Cacteau.
El documental tiene las voces en off, subtítulos y algunos diálogos de Sibel en alemán; pero siempre que George habla o está con Sibel los diálogos son en inglés. Es bastante, largo, dura casi una hora, así que recomendamos que lo veáis cuando terminéis este artículo…porque el documento, aunque sensacional, dice muy poco de la vida real de George como escritor.
Y es que este programa, que como repetimos es magnífico, más bien explica a qué dedica George sus ratos de ocio. Para ver detalles más personales de George como escritor, nos basaremos en testimonios de su amigo, también escritor, Adam Whitehead.
Hace unos días Adam hablaba en Reddit sobre cómo escribe George. Lo primero, contaba algo que ya era bastante público: que hasta ahora – Whitehead menciona como límite la finalización de la escritura Danza de Dragones – George escribía sus libros en su ordenador de los años 80, con sistema operativo MS-DOS.
Concretamente, Martin escribía en el procesador de textos Wordstar 4.0, en el que se sentía muy cómodo. Para los más viejos del lugar, es similar a Word Perfect, y desde luego se encuentra lejísimos de las funcionalidades de un Microsoft Word o los procesadores de texto de Libre Office, Google Docs, etc.

Como supondríais, esto no era muy operativo ni ese era un ordenador precisamente fácil de transportar (lo que impedía a George escribir en un viaje si se le ocurría algo). Contaba además Adam la anécdota de que el ordenador casi explota mientras George escribía Festín de Cuervos y tuvo que acudir un experto especialista informático para salvar el equipo.
Pero tras terminar Danza de Dragones, Martin cambió de sistema. George pasó a emplear un PC moderno…con un emulador de WordStar 4.0. No abandonó su procesador de textos de toda la vida.
Según Adam, este emulador se puede utilizar en diferentes dispositivos y los archivos se pueden transportar fácilmente a otros equipos. Así que George puede continuar su trabajo en su refugio secreto, su casa en las montañas de Santa Fe, mucho más fácilmente que antes.

Hablando del tema, Whitehead explica que no es tan sencillo ir a la casita en las montañas. Aunque Santa Fe esté cerca de este monte, no se tarda precisamente 10 minutos en ir y volver desde su casa en la ciudad a su guarida secreta.
George escribe normalmente en su casa-oficina que está al otro lado de la calle donde está su casa-residencia. Tarda, según Adam, 30 segundos en llegar de una a la otra.
Los días normales de trabajo de George son híbridos. Pasa la mayor parte del tiempo avanzando sobre Canción de hielo y fuego, pero también dedica ratos a editar las Wild Cards y a aspectos de su vida relacionados con sus negocios o temas editoriales. Para ello, emplea su oficina habitual que acabamos de mencionar.

Asumimos que George solamente acude a su refugio secreto, donde os hemos contado que es mucho más productivo, cuando tiene varios días libres. Puede marchar allí únicamente cuando puede bloquear la agenda para centrarse expresamente en escribir: nada de editar las Wild Cards, compromisos publicitarios, con medios o hacer otros proyectos.
El momento clave para acudir a las montañas es cuando quiere terminar por fin un libro. Como os dijimos, George estuvo en esta guarida secreta cuando se encerró a acabar Danza de Dragones y lleva visitando el lugar gran parte de 2018, primero con Fuego y Sangre (que finalizó antes de lo previsto por las editoriales) y desde primavera, centrándose en terminar Vientos de Invierno.
Para cerrar el artículo, volvemos a insistir en algo que muchas veces hemos comentado: escribir no es algo automático. No se puede apretar un botón en la cabeza y que las ideas surjan mecánicamente de la mente y se conviertan en texto. Requieren inspiración, compromiso y hasta cierta dosis de suerte. Escribir una novela es tremendamente complicado, y una tan compleja como Vientos de Invierno, más aún.















